Los reiterados aumentos en los servicios, combustibles e insumos -a raíz de la devaluación del peso-; generaron que los márgenes de rentabilidad sean cada vez más chicos en las actividades rurales. La horticultura, el té, la yerba, la madera y el tabaco son producciones que se ven seriamente afectadas y, en algunos casos, este año trabajarán a pérdida.
El efecto dólar es el principal factor que deriva en el incremento de los precios de todos los elementos necesarios para mantener los cultivos. En el caso de agricultura, los productores señalaron que “producir cuesta cada vez más caro, los insumos de la producción se han quintuplicado” en los últimos años, lo cual genera un terrible perjuicio en los productores ya que los precios de los productos no aumentan en la misma línea.
En consonancia, José Villasanti presidente de la Feria Franca de Posadas, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “los insumos para la producción aumentaron terriblemente”. Entre los artículos que más se encarecieron detalló “el plástico, las semillas y los equipos de riego”. Es así que para poner en pie un invernadero completo un colono necesita entre 40 y 50 mil pesos; “son números exorbitantes”, aseveró.
“Antes los productores podían adquirir en cuotas, pero hoy ya. El dólar es inestable y nadie se arriesga”, manifestó, lamentado que “así funciona nuestro sistema económico-financiero”.
Villasanti sostuvo que “todo esto complica a que los productores puedan tener varios invernáculos en sus chacras, y deben optar por cultivar en cielo abierto”.
Indicó que “es complicado porque se debe tener cuenta el frío, el sol y la lluvia cuando se planta afuera”.
Asimismo, el referente de los feriantes consideró que los precios de los combustibles también afectan a las ganancias de los agricultores porque se encarecen los costos de traslados. A eso se debe sumar los precios de los repuestos que se necesitan para tener en condiciones los vehículos, como por ejemplo las cubiertas, los lubricantes y los trabajos mecánicos. “Esto genera que el productor esté acorralado, pero de esto vive y es su trabajo; por lo tanto debe analizar cómo sobrevive y rebuscarse”, deslizó.
En cuanto a los gastos que afronta un colono que debe recorrer pocos más 70 kilómetros hasta la ciudad capital para comercializar sus productos en las ferias francas, comentó que “necesita $1.500 para el combustible más los peajes en algunos casos, a eso se suma lo que tiene que comer y las bolsas para la mercadería”.
En tanto, recordó que desde el Ministerio de Agricultura Familiar se analizaba la posibilidad de tramitar ante los organismos correspondientes una tarjeta para los feriantes que llegan a Posadas. “La idea es que estos solo abonen una vez el peaje y, de esta manera, reducir los gastos. Esperamos que se logre contar con la tarjeta, ya que sería un pequeño beneficio para los productores”, dijo Villasanti.
Altos costos para las máquinas
Una complicación que están teniendo desde el sector tealero es el alto costo para arreglar las maquinarias. Un panorama sobre la situación lo dio Cristian Klingbeil, de la Asociación Productores Agrícolas de Misiones (APAM), quien señaló que “hay muchos aumentos relacionados a los repuestos para las máquinas, vemos que el monto es más grande que años pasados”.
Comentó que algunos repuestos “subieron hasta el doble su valor a comparación del año pasado”. Consideró, que “el aumento que se tuvo en el precio del brote del té está lejos de los incrementos que hubo en los insumos”. En este punto, el dirigente de APAM agregó que “algunos productores tienen las máquinas paradas y no tienen ánimos de seguir invirtiendo, eso se debe a los malos pagos, los largos plazos y el precio de la materia prima que no condice; por lo cual muchos quedan sin ganas de seguir en la actividad”.
En consecuencia, Klingbeil dijo que “realmente no hay voluntad o buen programa político para seguir apostando a esta producción el próximo año, porque los pequeños secaderos que trabajan y reciben materia prima netamente del productor se verán afectados; no así los que se autoabastecen cómo son los grandes empresarios de materia prima”.
En cuanto a los precio de la materia prima, expuso que “se tendría que haber pagado arriba de los 4 pesos por kilo, pero en los mejores casos los productores recibieron $2,22 o $2,30”. Por otro lado, apuntó que no se pueden hacer compras por adelantado porque los comercios especulan con los precios de los agroquímicos y demás elementos necesarios para mantener la plantación. “Por ahora no se están adquiriendo los fertilizantes o esos tipos insumos, porque ahora está terminando la zafra y recién se vuelve a comprar en septiembre u octubre”, manifestó y añadió que “la adquisición se hace cerca de la fecha de colocarlos” porque la humedad perjudica a estos productos.
La inflación superó los valores madereros
En caso de la madera, el titular de la Asociación Maderera, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP), Román Queiróz, contó a PRIMERA EDICIÓN que “la materia prima, ya sea pino o madera implantada, perdió mucho su valor en los últimos años y esto se debe a que hay una sobreoferta muy grande de la materia prima en Misiones”.
En está línea, apreció que todo lo relacionado al proceso, como ser mano de obra, flete y combustibles aumentaron al ritmo de la inflación o más. “La energía, por ejemplo, es un insumo que está por arriba de los índices inflacionarios y esto afecta a los industriales”, detalló.
Asimismo, Queiróz declaró que “muchas cosas incrementaron hasta dos o tres veces sus valores, mientras que los precios de venta de los productos no acompañaron a la inflación”. El maderero recalcó que “se busca recuperar estas pérdidas” lo más rápido posible.
En este punto, recordó las medidas que adoptó el Gobierno nacional para tal fin: “una de ellas es el mínimo no imponible en las cargas sociales, con el cual se obtiene una leve recuperación de la rentabilidad, pero aún estamos muy lejos”, consideró.
Por otro lado, el presidente de AMAYADAP señaló que los valores del dólar permiten exportar, por lo cual hay empresas que están con “un poco más de oxígeno”. “Son realidades diferentes entre unas y otras firmas”, asentó.
En cuanto a la demanda del mercado interno, Queiróz reconoció que “el mercado está muy deprimido. Desde agosto de 2017 hasta ahora no se pudo reactivar y está en baja permanente”.
Por último, brindó un panorama de lo que espera el sector para lo que resta del año. “Queremos creer que habrá una inserción para la obra pública y eso puede dar una tranquilidad para los productores e industriales. No obstante, será un año muy difícil y tenemos que ver cómo sobrellevamos esta situación”, advirtió.
Tabacaleros
En el caso de la producción tabacalera los insumos se congelaron con el día que se fijó el precio para la campaña 2018/2019. En tanto, para la campaña venidera, todavía se desconocen los montos de los insumos.
Yerba: el precio no contempla las subas
La producción de yerba mate es otra de las actividades afectadas por la devaluación del peso. El productor Martín Dellien subrayó a PRIMERA EDICIÓN que “no vemos reflejado esto en el precio actual que quedó establecido en el laudo, por lo cual no es el mejor precio para la hoja. El precio mínimo que se pedía para el kilo de la hoja verde era de $13,50, porque allí estaban contemplados los incrementos combustible, herbicida y mano de obra”.
Recalcó: “Así el pequeño productor irá a la quiebra, porque tampoco contempla el pago contado”. Por ende, la inflación que se ve reflejada en los precios en los supermercados, en el combustible y otros servicios no son cubiertos por el precio de la hoja. “Esto perjudica al productor, además los plazos de pagos son muy extensos (a 90 días) y la inflación sigue subiendo”, apuntó.
En cuanto a los insumos, asestó que “todo lo que sea para el agro está dolarizado; por lo cual es lógico que el productor esté preocupado. En noviembre y diciembre se paralizarán de nuevo las economías regionales. Se debe tener en cuenta que los colonos son el alma de los pueblos”. El yerbatero insistió en que “se debe proteger al productor y no dañarlo. Es evidente que con las medidas que se tomaron que estamos pocos conformes”.
Por su parte, el dirigente yerbatero de San Pedro, Ariel Steffen, también opinó en la misma línea. “Estamos dos pesos abajo y, hoy en día hubo una larga cosecha por la misma necesidad del productor”, deslizó.
“Todos juegan con la necesidad de la gente, por eso se pacta un precio por debajo porque saben que quienes necesitan saldrán a trabajar igual porque necesitan la plata; hay necesidad y hay hambre”, concluyó Steffen.